Marcapáginas

Hoy en nuestra sesión del club de lectura nos hemos regalado marcapáginas. Pero, ¿sabes algo sobre el origen de los marcapáginas?

El marcapáginas es un objeto con el que estará familiarizado cualquier lector. Otros materiales, además del papel, se han utilizado como marcapáginas a lo largo de la historia: metales como la plata o el bronce, seda, madera o cuerda. Cualquier objeto es válido siempre y cuando no se estropee el libro.

El origen de los marcapáginas está íntimamente ligado con el del libro. Pero es en la Edad Media cuando aparecen los marcapáginas con la forma que tienen hoy en día. Como los primeros libros impresos eran bastante raros y valiosos, se tenía la conciencia de que era necesario algo para marcar sus páginas sin el peligro de causarles daño. Durante mucho tiempo fueron fabricados con vitela.

En la década de 1880, empiezan a aparecer los primeros marcapáginas conmemorativos y publicitarios ‒anunciando jabón, corsés, medicinas o marcas de alimento‒, que se convierten en objetos de colección.

Cuando la producción de marcapáginas de seda disminuye y empiezan a extenderse los de papel, las editoriales, compañías de seguros y otras empresas comenzaron a utilizarlos regalándolos a los lectores para hacer publicidad de sus servicios.

A partir de ese momento, y a lo largo del siglo XX, los marcapáginas se han utilizado para todo tipo de cometidos: para promocionar empresas, para campañas de concienciación, para adoctrinar y promover determinados valores ‒por ejemplo, el patriotismo durante la Primera Guerra Mundial‒ o, simplemente, para difundir una información determinada.

Y, sobre todo a partir de 1960, como medio de expresión para artistas e ilustradores. Incluso se ha llegado ya, a principios del siglo XXI, al marcapáginas digital, que sabe cuándo abandonas la lectura de un libro y te manda un tuit para aconsejarte que lo retomes.

Información extraída de http://lapiedradesisifo.com/2018/06/06/breve-historia-de-los-marcapaginas/