

Lo cierto es que Corín Tellado tenía una imaginación desbordante. Escribió su primera novela a los 17 años para mantener a su familia tras la muerte de su padre. Escribía rápido y era capaz de acabar una novela en dos días.
Sus libros se vendían como churros en quioscos y librerías. Era capaz de evitar la censura y gozaba de una fantasía y una capacidad para narrar irreales. Fue además una lectora voraz.
Protagonizó un escándalo en su juventud al separarse del padre de sus hijos en los años 60 y acabó educándolos como madre soltera. Al final de su vida, llegó a escribir novela erótica bajo pseudónimo, para evitar el escándalo a sus hijos.
Autores reconocidos como Vargas Llosa o Cabrera Infante declararon su admiración por ella y en los últimos años de su vida gozó de un reconocimiento que se le había negado antes.
Desde luego tiene el enorme mérito de haber tenido más lectores que ningún otro autor en la actualidad en español.
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